viernes, 18 de noviembre de 2011

Futuro Natural_MNAV Alejandro Turell

360º Campo Visual_Futuro Natural MNAV












360ª campo visual

El Búho

De: Francisco.mex

Hermelinda escribió:
Hay quien cree que mirar un búho es de mala suerte, en México hay un
dicho, entre los pocos dichos indígenas puros que quedan: "Cuando el tecolote canta, el indio muere". Será que esto solo se aplica a los amerindios? Acaso los
Europeos están a salvo de esta sentencia? En Sudamérica hay también ésta
creencia?

…Eso me recuerda a un cuento corto del escritor uruguayo Horacio Quiroga
(1878-1937), "El Yaciyateré".

De: Fabiano.br

El cuento habla también de un pájaro de la selva que cuando canta se lleva la vida de los niños enfermos por fiebres.
En el mejor de los casos los deja idiotas o locos. Es posible que el Yaciyateré esté relacionado con el pájaro Lúgubre, un ave brasileña que sólo canta por la noche y, según antiguas creencias del lugar, su canto traía noticias de muerte. Como él, otros animales han servido de avisadores, me vienen a la cabeza los lobos, los perros y las lechuzas; estas últimas, por su relación con las brujas (o en algunos casos como la representación de ellas mismas), eran las que chillaban en las ventanas por
la noche para, en el mejor de los casos, avisar (o traer) enfermedad y en el peor, entrar en las habitaciones y chupar la sangre de los bebés hasta acabar con ellos. Eran las strigas de la antigua Roma. Contra las striges y los vampiros, el poeta latino Ovidio (Sulmona, 43 a.d.C-17) en su composición mitológica Fastos recuerda una diosa, llamada Carna, Cardea o Cardna, que les protegía impidiendo su funesta entrada en los hogares.
Sebastián Covarrubias (1539-1613) en su Tesoro de La Lengua Castellana o española (1611) dice de ellas:

«... dizen ser unas aves nocturnas, infaustas y de mal agüero, que
naturalmente apetecen el cebarse en la sangre de los niños tiernos, y por
su semejanza llaman a las brujas striges».

De: Mariana.esp

A los búhos y lechuzas se les empareja tradicionalmente con la sabiduría y la diosa Atenea, aunque los cuervos y otras aves comunes son más inteligentes.

De: Monika.pol

De otra fuente me viene la referencia que sigue. Habla de la strigoi, que en la tradición popular de Rumanía, es una especie de bruja, viva o no
muerta, en este último caso relacionada con los vampiros. Se representa con
patas de oca, de caballo o de cabra, aunque pueden transformarse y aparecer
bajo el aspecto de algunos animales, como gatos, caballos, cerdos, perros,
lobos, sapos, etc. Tras volver a casa, para cambiar su aspecto dan tres
saltos mortales en el aire y recobran su forma humana.

Muchas leyendas rumanas y de la región describen los fantásticos poderes de las strigoi, que nacen con 'la camisa" o membrana amniótica, que guardan cuidadosamente durante toda su vida y utilizan cubriéndose con ella cuando ya son adultas para volverse invisibles. Las strigoi tienen poder para entrar en casas cerradas a través de las cerraduras, pequeñas rendijas o por las chimeneas.

De: Analía.ca

Dicen que en la zona de Vancouver se las ha visto jugar con osos o lobos sin sufrir ningún daño, son interesantes y parte importante de la cadena trófica.

De: Monika.pol

Las strigoi pueden causar grandes daños, como sequías ("atando" la lluvia), epidemias,
enfermedades o deformidades físicas en las personas; se les acusa de robar
la leche de las vacas y de lanzar hechizos maléficos y encantamientos. Suelen salir por las noches, sobre todo la noche de san Jorge y la de san
Andrés, y se reúnen en lugares apartados o en cementerios, a los que llegan montadas sobre
escobas o barriles. Una vez allí se arman de garrotes, hachas y demás
armas, combatiendo entre ellas hasta el amanecer, en el que se reconcilian
y se abrazan entre sonoros lamentos. Tras la pelea, vuelven a sus casas,
 donde caen exhaustas, olvidando todo lo sucedido.

De: Natalia.uy

Pero a las lechuzas se las llama strigidae, aves rapaces nocturnas, o también se les dice búho o a parte de la familia… “Búho es el nombre común de la familia strigidae”!!!

De: Marta.arg

Hermelinda...
por aquí (Argentina, al norte) existe la misma creencia, solo que se
refiere a la lechuza (que es un búho, creo... bueno no se mucho de anatomía de aves) y en Uruguay creo que también; un artista que se llama Turell colocó un ejemplar raro en un Museo de Artes con pescuezo larguísimo que miraba para todos lados (una tocaya de allá me mandó el link). Cuando de noche cruza el cielo, con su chistido.. la gente se persigna e
inmediatamente piensa: "A quien viene a llevarse ahora la muerte?"...
como verás es casi idéntico.. por lo que dices del "indio"... es como
si la creencia proviniera de los nativos, originarios de América... No
debemos olvidar que en este contexto los aborígenes conocían exactamente el
lenguaje de los pàjaros... Ellos expresan mensajes que sólo ellos pueden
decifrarlos... por ej. así como la muerte, anuncian: visitas, el cambio del
clima, noticias, peligros, etc.

Tampoco debemos olvidar que según algunos de sus mitos, alguna vez allá
lejos y hace tiempo, todos "éramos hermanos", pero auténticos... ¿cuándo se
produjo nuestra separación?... y nos olvidamos que compartimos una misma
esencia que es la Vida?. Tal vez, en este caso también los aborígenes tengan 
la respuesta, ¿presagiarán también la muerte del arte o el de la ciencia?.

De: J&S.de

«Eule der Minerva», Hegel

Alejandro Turell

2011

lunes, 7 de noviembre de 2011

Futuro Natural_MNAV



Futuro Natural

Inauguración - Viernes 11 de noviembre 2011 - 19:30 horas


17 artistas uruguayos ingresan a las colecciones del MNHN y luego de investigar junto a los científicos del Museo, generan obras y proyectos que se exhiben en el MNAV.

Un cruce entre arte, cultura, ciencia y naturaleza.

Uno de los propósitos de esta muestra es difundir los acervos con los que cuenta nuestro Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) y como la sociedad en su conjunto puede acceder a ellos, en este caso los artistas visuales nacionales.También propone un trabajo multidisciplinario y la interacción entre dos instituciones que se ocupan de campos de investigación diferentes entre sí.

Esta exposición este construida sobre la relaciones entre arte, ciencia e historia natural, lo que comienza como un acto de percepción en sí mismo se fue transformando en un trabajo lleno de signos y la propia alusión a la ciencia y al naturalismo se convierte en un procedimiento retórico con el que construir a través de un juego de asociaciones nuevos signos de lectura.

La propuesta va desde la taxonomía de los objetos a la representación de la subjetividad, pasando por la ironía y el simulacro. La descontextualización de las relaciones lógicas científicas crea el vehículo para lograr una poética que entra en escena desde lo visual.

Gustavo Tabares
Curador

Artistas: Raúl Álvarez -Rulfo-, Federico Arnaud, Emilio Bianchi Zaffaroni, Carlos Capelán, Rimer Cardillo, Martha Castillo, Alejandro Fernández, Andrea Finkelstein, Diego Focaccio, Jacqueline Lacasa, Alberto Lastreto, Francisca Maya, Ernestina Pereyra, Andres Rinderknecht, Alejandro Schmidt, Guillermo Stoll y Alejandro Turell.

Organizan:
Ministerio de Educación y Cultura
Dirección Nacional de Cultura
Dirección de Innovación, Ciencia y Tecnología para el Desarrollo
Museo Nacional de Historia Natural
Museo Nacional de Artes Visuales

En exhibición hasta el 30 de enero de 2012.

martes, 5 de julio de 2011

domingo, 17 de abril de 2011

"Anecúmene" MNAV







Anecúmene

- encuentros fortuitos en paisajes insólitos-

No se debe representar la naturaleza sino realizarla

Paul Cézanne

Invitado en el marco del centenario del Museo Nacional de Artes Visuales para realizar una exposición, Alejandro Turell propone una instalación compuesta por varias secciones donde revisa e interroga la tensión entre los conceptos de cultura y naturaleza, el rol actual de las colecciones, la forma en que éstas son exhibidas y, en definitiva, el complejo sistema del arte desde los espacios de la propia institución museo.

Según la Wikipedia “Se conoce como anecúmene (del griego ἀν- "no" y οἰκουμένη "habitado") a las zonas de la tierra que antaño fueron desconocidas por una cultura o bien, en la actualidad, donde el hombre no vive ni procrea de forma permanente. Son pues aquellos lugares deshabitados o con escaso número de población, y se contraponen a las áreas permanentemente ocupadas o ecúmene .”

Estamos invitados pues, a recorrer un territorio desconocido, inquietante, pero a su vez, que conforma un espacio pleno de sentido, dividido en sectores claramente definidos.

El acceso se realiza a través del D.E.N.C. (Departamento del Estado Natural de la Cultura), institución unipersonal dirigida por el propio Alejandro Turell, que tiene como objetivo, “desarrollar proyectos que contribuyan a tender lazos entre el espectador, la cultura y la naturaleza; vinculando el arte y la ciencia de manera visceral” en palabras de su Director General.

En este caso, nos encontramos en la División Ornitología (especies migratorias) ubicada físicamente en el mismísimo Museo Nacional de Artes Visuales, donde una puerta cerrada al público visitante separa y une a la vez ambas instituciones. Desde ese espacio con el acceso vetado que permitiría el acceso al D.E.N.C. -¿o al área educativa del MNAV?- y a través de su puerta en común nos llegan sonidos de la naturaleza.

Aves, más precisamente en este caso, cuya ubicación desconocemos y podemos situarlas tanto en los jardines del Museo -en plena naturaleza- como en cautiverio dentro del Museo.

Si escuchamos con atención, el sonido está ordenado, editado digitalmente bajo patrones de repetición que nos sumerge en un paisaje sonoro originado en el registro de campo.

En dicha ambientación sonora, elaborada a través de la grabación del canto de diversas especies -algunos cantos familiares y otros, aunque cercanos geográficamente, realmente desconcertantes- nos encontramos con dos series de postales, apaisadas y verticales, representando diferentes ejemplos de aves. Se trata de obras del ornitólogo y pintor estadounidense John James Audubon cuyo método de captura y modelado consistía en dispararle a las aves sin dañarlas en demasía para, una vez capturadas, y mediante alambres, mantenerlas en una posición lo más natural posible y así pintarlas con su hábitat de fondo.

Si estas imágenes basadas en la observación de la naturaleza son un producto cultural de su tiempo que ponía el énfasis en el registro fiel, Turell las dota de autonomía como imágenes interviniéndolas, pintándolas una por una, variando el color del plumaje más allá de sus características como especie, modificando el entorno natural que las rodea, para ingresarlas definitivamente al terreno de la creación artística. La competencia de la ornitología en cuanto observación veraz de las especies- es puesta en cuestión dado el corrimiento hacia el campo de la estética en cada una de estas postales.

También en esta sección de la instalación de Alejandro Turell existe la posibilidad de llenar un formulario diseñado por el D.E.N.C. donde se nos invita a categorizar las obras de artistas nacionales que conforman el acervo del Museo con la finalidad de incorporarlas a la muestra mediante una encuesta de 200 personas. Una vez más, estrategias de una institución dentro de otra que estimulan reflexiones varias sobre una colección y sus diferentes usos pensando en la relación, no siempre apacible, entre los artistas, su obra y la institución museo. Que indudablemente nos remiten a proyectos fundacionales dentro de la corriente artística de la Crítica Institucional como podría ser el “Departamento de las Águilas, Museo de Arte Moderno” de Marcel Broodthaers, a fines de los años sesenta, que circuló en forma itinerante por diversos espacios de arte y museos en el mundo entero.

Continuando el recorrido, nos topamos con una cámara de maravillas (wunderkammer) miniaturizada con exhibidores propios de un museo de historia natural con intrigantes objetos en reducida escala que nos remite al coleccionismo moderno. El primer Museo Nacional en nuestro país -llamado también Museo o Gabinete de Historia Natural- tiene origen en el año 1838 y es en un reglamento de 1875 donde aparecen las seis secciones que lo dividían: Historia Nacional, Numismática, Bellas Artes -que comprendía esculturas, pinturas, dibujos, grabados y antigüedades-, Productos de las Ciencias, inventos; Objetos históricos y Galería histórica del país. (1)

En 1890 se contempla la posibilidad por parte de las autoridades, de tener un Museo de Arte

independiente del de Historia Natural, y el 10 de diciembre de 1911 se crea el Museo de Bellas Artes, el actual Museo Nacional de Artes Visuales.

Ciencias naturales y arte supieron convivir en un mismo espacio, generando diferentes opciones museográficas en la exhibición de su acervo, y es en este contexto que Turell despliega obra gráfica

sobre papel -originada con el programa Sketch Up en 3D- que analiza virtualmente intervenciones espaciales en múltiples escalas, referidas una vez más, a cómo mostrar lo que coleccionamos.

Elefantes, tiburones y dinosaurios integran esta serie que tiene como referencia icónica el edificio del Museo Smithsonian, fundado en 1846 y cuya sede se encuentra en la ciudad de Washington.

La relación entre las formas de los organismos vivientes que conforman este grupo de obras y el display expositivo harán las delicias de los seguidores del gran biomatemático escocés D'Arcy W. Thompson (2) y de todos aquellos interesados en la intersección de la Biología y las Matemáticas.

La próxima sección es el diorama que configura una escena distópica del mapa de un Uruguay insular y aislado, confeccionado en arena como parte de un archipiélago desconocido, imaginado, entrevisto, donde se dan encuentros tan improbables como el enfrentamiento de una caparazón de mulita con la imagen de una convivencia atípica -por razones geográficas- de un ciervo junto a un alce...al borde de una trampa. Nuevas cartografías para re-situarnos en el mapa geográfico, en el deslocalizado mapa del arte. Las galápagos del arte.

Cierra el recorrido la División Cartografía del D.E.N.C. compartiendo el espacio con la biblioteca del MNAV incorporando un acopio significativo de libros referidos a la naturaleza y artistas contemporáneos que podemos observar desde la sala misma de la exposición.

De la interpretación de la naturaleza a través del arte mediante encuentros fortuitos en paisajes insólitos trata “Anecúmene”, punto de partida para itinerarios imprevisibles.

Enrique Aguerre

Director del Museo Nacional de Artes Visuales

(1) Catálogo Descriptivo del Museo Nacional de Bellas Artes, Tomo Primero, Montevideo 1966. Ministerio de Instrucción Pública y Previsión Social. Museo Nacional de Bellas Artes.

(2) “Sobre el crecimiento y la forma” D'Arcy Thompson. Editorial Akal 2003.











Texto I.

“Diorama – patrimonio y emancipación”

La propuesta de esta instalación pretende impactar al observador- receptor desde el primer momento por el juego de los contrastes que produce el encuentro entre lo conocido y familiar y lo extraño y disruptivo, el reconocimiento y el extrañamiento: una silueta contiene la forma de un Uruguay, terruño geopolítico, que figura sin embargo un ‘país –isla’, de arena y no de campo; una pintura, un díptico de un ciervo (a la izquierda), animal autóctono se enfrenta a un alce a la derecha, la continuidad de la especie se quiebra, animal del norte y no del sur y casi prehistórico.

La localización imaginaria nos captura desde la primera mirada hacia los violentos rojos de los animales pintados en el cuadro clavado en la arena y sostenido por una rama seca de roble, algunas malezas y al que se le enfrenta una caparazón de mulita; pero es el propio cuadro, el que aparece como “la trampa” que nos fascina pero que pone de manifiesto la desrealización de lo ‘natural’ donde se inserta.

Los objetos y materiales empleados son paradojales; las formas y colores apelan a la vida y los elementos extraídos de la naturaleza, por el contrario, parecen obra de taxidermia con sus dioramas de paisajes repetidos, standarizados y de una museificación e intencional presentación ‘pseudo’ científica de los restos de lo ‘natural’: la rama seca, la caparazón de la mulita, la arena. Multívocamente evoca las presentaciones de los Museos de Historia Natural constituyendo una segunda naturaleza.

Texto II.

Memoria conceptual-descriptiva.

Pero la instalación que tiene esa inspiración se sostiene en una estructura conceptual que concibe, especialmente, desencuentros desorganizadores de toda percepción de un arte ‘tranquilizador’ sostenido en falsos binarismos adaptativos: natural - cultural; verdadero - artificial; local - universal.

Al mismo tiempo denuncia la patética ilusión del hombre de asignación de un poder benéfico y protector a la Naturaleza incontaminada por la cultura con la figuración mítica del ciervo, animal que representa a la siniestra diosa Diana protectora de los bosques, virgen casta, enemiga de los nacimientos, que convirtió al pastor Acteón en ciervo por haberla visto desnuda y lo hizo devorar por sus propios perros. Es en lo mítico de Occidente donde Diana -Artemisa revela sus opuestos: diosa de la vida y de la longevidad, eternamente

doncella y sus dardos envenenados son sin embargo, dirigidos contra toda creación y nacimiento.

Por la simultaneidad de formas, colores y materiales, se presenta una naturaleza desrealizada, producto de un artificio pero que va más allá del ‘engaño’ propio de toda obra plástica cuando por su propia factura señala “lo que no es” porque está “re/presentándolo”.

Interjuego entre el arte pictórico y los referentes, entre representación, realidad y fantasía que lleva hasta esas dimensiones alusivas al mito y entonces va más lejos, posiciona al artista como sujeto y conduce a la reflexión de un supuesto ecosistema de aislamiento, de encierro en lo particular o lo pintoresco. ¿Metáfora permanente del riesgo de todo arte que se dirime entre alternativas de lo local y lo global? ¿Autonomía-emancipación de la cultura en Uruguay siempre al borde del abismo o Uruguay - “Las Galápagos del Arte”?

Por eso es nodal el carácter de “trampa”, o de señuelo, que se desprende de toda la instalación donde lo engañoso del arte mismo queda a su vez mostrado al borde de su trampa, el artista, cazador- cazado, denuncia su propio deseo de velar y revelar algo de lo real que se escabulle siempre.


Texto autor-espectador anónimo










Crítica de NM: http://www.larepublica.com.uy/cultura/448264-el-conceptualismo-criollo

martes, 12 de abril de 2011

"Anecúmene" Solo exhibition at MNAV


Download PDF catálogo
http://www.mnav.gub.uy/cms.php?id=anecumene

sábado, 26 de febrero de 2011